Los alumnos y alumnas de segundo de bachillerato han sufrido una auténtica locura con este nuevo invento que es la EBA, perjudicados por una desorganización que no tiene comparación a nivel nacional. El pasado mes de mayo les dieron los estándares de evaluación para acceso a la universidad en la asignatura obligatoria de Historia de España, que habían sido publicados en el BOE el 23 de diciembre de 26, meses después de comenzar el curso escolar, cuestión contestada por toda la comunidad educativa.
Aparte de que no estamos de acuerdo con las reválidas, porque la enseñanza se convierte en una preparación tipo academia, para aprobar y no para aprender, es obvio que los docentes estuvieron gran parte del curso sin saber muy bien cómo preparar a los alumnos y alumnas, mostrando así la improvisación de este Ministerio de Educación y el desprecio absoluto al profesorado y al alumnado.
Pero, por si fuera poco, en esta Región, la Consejería informó de la adecuación de la prueba a la nueva normativa durante los días 19 y 20 de abril ante la comisión “armonizadora” con el profesorado de las provincias de Palencia, Segovia, Soria y Valladolid. El 31 de mayo, el coordinador de materia, José Ramón Díez Espinosa, comunicó al profesorado y alumnado de la asignatura de Historia de España “la completa suspensión o anulación de cuantas recomendaciones se trasladaron a los asistentes a las citadas reuniones de los días 19 y 20 de abril con motivo de la inmediata convocatoria de EBAU en junio y septiembre de 2017”.
Tras las declaraciones del coordinador, la Consejería centró todos sus esfuerzos en desmentirlas y trajo como consecuencia la dimisión del mismo. Después de este desenlace la Consejería decía en un comunicado que “Ante los rumores de cambios en el examen de Historia de España en la EBAU, desde la Consejería de Educación se quiere desmentir dichos rumores y transmitir absoluta tranquilidad a todos los miembros de la comunidad educativa”.
Y muy tranquilos no estarán cuando el profesorado vio y el alumnado tuvo que hacer frente al examen con, por ejemplo, dos preguntas que eran dignas de desarrollar por opositores de la Licenciatura de Historia.
– Específica la evolución de las fuerzas políticas de oposición al sistema: republicano y nacionalistas.
– Explica las causas de la formación del Frente popular y las actuaciones tras su triunfo electoral, hasta el comienzo de la guerra.
Desde Izquierda Unida pedimos una explicación a la introducción de estas preguntas que no son adaptadas a los estándares que aparecen en la LOMCE y pedimos la impugnación de la prueba de Historia y que se adapte a los contenidos establecidos.
De lo contrario, esta situación creada por improvisación, tarde y que encima se culmina con un “engaño” manifiesto, va a limitar las posibilidades de acceso a la Universidad y a determinadas carreras del alumnado que hoy se examina, en un sistema educativo que introduce las reválidas como un filtro selectivo más que cuestiona la capacidad de enseñanza y evaluación del profesorado.
Izquierda Unida demanda acceso libre y gratuito a la Educación Superior sin pruebas de acceso generalizadas de carácter selectivo (“reválidas, etc.”). Y, en caso de limitación de acceso, éste se debería basar en la calificación obtenida en los estudios previos.