Respecto a las declaraciones del consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, que considera «infumable» la subida del 10 al 21 por ciento del IVA que va a aplicar el Gobierno de la nación a las bebidas azucaradas y edulcoradas en su venta en supermercados y en otras tiendas minoristas, IUCyL se pregunta si esa es la opinión de todo el Ejecutivo de Castilla y León o solo la de un consejero en particular. Y, en todo caso, si la visión de la Junta sobre esta medida, tomada por razones de salud pública, queda reducida al ámbito de la Agricultura y no merece consideración alguna desde el punto de vista de la Salud.
La nueva norma, que supone unos ingresos de 340 millones de Euros para las arcas públicas, según queda reflejada en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2021, recoge en una exposición de motivos la propuesta de la Comisión Europea y de la OCDE recomendando limitar la aplicación de los tipos reducidos del IVA. Pero, más allá del coste económico a que alude el Consejero de Agricultura, IUCyL le recomendaría que antes se informara sobre el coste social y sanitario que tienen las patologías derivadas del consumo de azúcares refinados.
IUCyL considera relevante conocer la opinión política y profesional de la Consejera de Sanidad sobre esta problemática y que expusiera públicamente si comparte estas declaraciones del Consejero de Agricultura. Verónica Casado estará harta de recomendar a sus pacientes, en la consulta de atención primaria que dejó para ocuparse de sus nuevas responsabilidades políticas, un menor consumo de azúcares refinados, especialmente entre la población infantil donde la obesidad se ha convertido en el primer y más serio problema que amenaza su salud.
Desde el mundo científico-sanitario es un tema que no tiene discusión y, de la misma manera que se penaliza el consumo del tabaco y del alcohol con el mayor gravamen fiscal, IUCyL considera que esta medida respecto del azúcar se tendría que haber tomado antes, siguiendo el ejemplo de otros muchos países más sensibles que el nuestro a la hora de proteger la salud de su población.
Hay evidencia científica muy abundante sobre los efectos perjudiciales en el consumo de sacarosa sobre la salud, siendo un factor principal responsable de la obesidad, al no producir cuando se toma sensación de saciedad y por ser, con el alcohol, uno de los componentes de la ingesta de las llamadas «calorías vacías», que no son nutrientes y sí son absolutamente prescindibles de la dieta.
Además de la obesidad, el consumo de azúcares refinados está ligado al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, hiperinsulinemia y síndrome metabólico y determinados cánceres. La Organización Mundial de la Salud aconseja no sobrepasar la ingesta de 25 gramos al día, siendo que ésta es mucho mayor en el ciudadano medio, no solo por la adicción creada para el consumo que ahora se grava fiscalmente, sino también por el «azúcar oculto» contenido en infinidad de productos alimenticios procesados.
IUCyL considera que las declaraciones de este consejero destilan odio y revanchismo, antes que sensibilidad por el bienestar de la gente de Castilla y León.
IUCyL recomienda a la Junta potenciar la Educación y Promoción para la Salud y Prevención de la Enfermedad, asignaturas pendientes de nuestros Centros de Salud y Consultorios Rurales, que viven hoy los días más negros de su historia.