En la Semana Europea de la Movilidad, que siempre se celebra en torno al 22 de septiembre, día mundial sin automóviles, Izquierda Unida de Castilla y León propone potenciar el uso del tren, la bicicleta y la marcha a pie en nuestras ciudades y pueblos. Este año la citada semana tiene como lema en la Unión Europea: “Por una movilidad sin emisiones”, y ahí encaja a la perfección el lograr la máxima accesibilidad a los bienes, servicios y contactos con las demás personas con la mínima movilidad posible.
Cuando la UE dice “sin emisiones” es porque pretende alcanzar, el año 2050, la neutralidad de carbono en las emisiones de gases con efecto de invernadero, GEI. Hablar de neutralidad, en este caso, es conseguir equilibrar la cantidad de dióxido de carbono, CO2, emitido a la atmósfera, con la cantidad eliminada de la misma mediante la fotosíntesis de las plantas, la disolución en el agua del mar y las otras formas de absorción de carbono existentes en la naturaleza.
En estos meses de la pandemia del Covid-19 la forma de desplazarnos y de mover las mercancías ha sufrido transformaciones excepcionales, y así, mientras muchas ciudades y pueblos de Europa están ampliando el espacio dedicado a la movilidad activa, la que se basa en nuestro cuerpo para caminar o para impulsar modos de transporte como la bicicleta, en España, muchas administraciones públicas, entre las que destaca la Junta de Castilla y León, se han dedicado a ensalzar al automóvil como medio seguro de transporte, olvidando, interesadamente, la accidentabilidad de la carretera y el cambio climático.
Al referirse a la “movilidad sin emisiones” se pretende resaltar, también, la importancia de los modos de transporte que además de no emitir GEI son útiles para todas las personas, y que habitualmente están reflejados en el dicho: a pie, en bicicleta y en tren. El tren de cero emisiones es eléctrico y su alimentación proviene de las fuentes de energía renovable.
En varios estudios actuales de la UE se indica que los desplazamientos en automóvil se han reducido en las grandes ciudades y que se espera un 50% de desplazamientos en transporte público, en bicicleta o a pie en los próximos años, aunque, a su vez, los últimos informes de la Agencia Europea del Medio Ambiente confirman un aumento considerable de las emisiones GEI del transporte respecto a los niveles de 1990. En concreto, las emisiones del transporte han aumentado un 28% entre 1990 y 2018, y esto subraya la necesidad urgente de impulsar soluciones a esta situación. Es cierto que se han adoptado medidas estrictas en varias de las grandes aglomeraciones urbanas de Europa, aunque no así en España y mucho menos en Castilla y León, sin embargo, la cuota de energía renovable utilizada por el transporte permaneció en el 8,1% en 2018.
Caminar, andar en bicicleta y utilizar el transporte público colectivo siguen siendo las opciones de movilidad más ecológicas, mucho más que los patinetes o los automóviles eléctricos, según el informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente, publicado el pasado 3 de febrero de 2020.
Potenciar, en España, las obligaciones de servicio público de los trenes de cercanías y de los trenes regionales, además de incrementar los servicios ferroviarios en las redes de cercanías existentes y aumentar el número de éstas, más incrementar los servicios de los trenes regionales que extienden los beneficios de los trenes de cercanías a amplias zonas rurales, además de reponer los trenes nocturnos indebidamente cerrados y potenciar el transporte ferroviario de mercancías, son los compromisos que la Junta de Castilla y León debería promover ante el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en esta Semana Europea de la Movilidad de 2020. Nuestra Castilla y León vaciada, nuestro mundo rural y nuestras periferias urbanas deben vertebrarse con un servicio ferroviario público, accesible y asequible.
Entre las tareas más inmediatas a acometer en nuestra autonomía castellano y leonesa están los trenes de cercanías comunicando Palencia, Venta de Baños, Valladolid y Medina del Campo, los trenes de cercanías de León por la vía estrecha de La Robla y Cistierna, el incremento de servicios de los trenes regionales entre Ávila, Salamanca, Segovia, Soria y Madrid, la reapertura de la Vía de la Plata desde Astorga a Plasencia por La Bañeza, Zamora, Salamanca y Béjar, la reapertura del directo Burgos – Aranda de Duero – Riaza – Madrid, la reapertura de la vía desde Soria a Castejón de Ebro, además del restablecimiento del trazado Valladolid-Ariza.