Las elecciones europeas pueden constituir una prueba para ese cambio de tendencia que en los últimos años reflejan las encuestas: la pérdida de confianza de los ciudadanos en los dos grandes partidos y el ascenso de formaciones como Izquierda Unida, que se erigen en alternativa social ante una política generalizada con la tijera como protagonista. Es la oportunidad de los llamados partidos "minoritarios", aunque IU cosechó en las últimas generales 1,8 millones de votos. "Puede ser el primer golpe al bipartidismo, las cosas han cambiado".
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